Powered By Blogger

jueves, abril 05, 2012

A tu nombre lejano, a tu nombre tardío.

Guíame de vuelta al Valle, al norte, al sol de tu mirada sauria.
Imagina que llegué antes a tu vida, musa ¿Qué piensas?
Sólo dos tardes, ¡Que sean nuestras! ¡Así no me olvidas!
Y así algún día poder aparecer de nuevo en esa tierra, a buscarla.

Lejos estoy de tus ojos, demasiado como para poder mirar en ellos.
Es imposible entonces, buscar en tu mirada algo más que lo que tiene.
Imposible es también, darlo todo, para que me dejes extrañarte.
Verte tan cercana y a la vez lejana es un grito que confunde y duele,
Acercarte y no dejarte ir es un susurro de ilusión y solo sueños.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una mañana, quizás unas tardes,
Qué sean nuestras?
ojalá fuesen eternas!!!!

Tener tu mirada cerca, Oh lejano amigo!
ser prisionera de tus abrazos
y ese cálido afecto,
y negarnos a esa distancia que
físicamente nos separa.

Imagina haber cruzado nuestras miradas en algún lugar
del Valle, mucho tiempo atrás!
nos hubiese unido algo más
que una Institución?
nos hubiese unido algo más
que una colección?
¡Jaja! nos hubiese faltado
tiempo para finiquitar todo...
hasta el día de hoy estaríamos
incrédulos a lo que la
vida nos presentó.

Te veré al salir en la próxima
mañana,
y te veré llegar en aquellas
tardes juntos,
ansiosa de expresar cuantas cosas!
e impotente al no poder hacerlo tal vez...

Pocos días permitirán nuestro reencuentro,
y cuando llegue el último...me
permites extrañarte?

Nos seguiremos cuestionando esto,
jaja sí que lo haremos,
pero por el momento sólo
queda disfrutar esa alegría
al sentirnos cerca nuevamente...