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miércoles, junio 04, 2008

Fuego para 18 otoños...




Y al fin subo este post al blog, luego de que tanta gente (En especial una bastante especial…si, tú) y tantas veces me presionaran, pero creo que se entenderá el porqué me he demorado tanto. Es lo que pienso de mi vida de “niño” (Y no es que vaya a dejar de serlo) ahora que cumplo los famosos 18 años, paso a ser legalmente un adulto, un ciudadano más de esta bella Nación, de esta histórica República en que vi la luz por primera vez.
¿Qué significa para mí ser mayor de edad ahora? Nada. No siento nada nuevo, y creo que no me ha salido nada ni crecido nada nuevo. Las muelas del famoso “juicio” están a medias pues mi madre se encargó de eliminar las dos de abajo, así que espero que no me quiten la capacidad de ser “juicioso” cuando me saquen las otras dos. ¿Quedaré así inmune ante la Ley?. Ojalá las cosas fuesen así. Porque esa es la única preocupación que me abordó al momento de ver acercarse a pasos de gigante primigenio mi año más. El verme enfrentado a la Ley en su totalidad, a encontrarme de frente con una independencia legal que quizás no estoy seguro de poder manejar de manera adecuada. Pero quizás son vanas preocupaciones, nunca he tenido problemas con la Ley ni con sus representantes uniformados (Mi más sincero pésame a esa noble y gloriosa institución que es Carabineros de Chile y a sus familias) ni civiles, y no veo la razón por la que vaya a tenerlos a menos que me meta en un embrollo económico de deudas y cosas por el estilo o que el ser “políticamente incorrecto” y tan termocéfalo y arrebatado en esas lides me haga cometer alguna barbaridad. De todos modos, difícil. Si pregono acerca del poder de la mente, no veo porque deba ceder ante un entrampado consumo o una desbordada pasión.
No he tenido problemas nunca y eso se lo debo, en gran medida a los valores con que me han formado a lo largo de mi vida, en especial mis abnegados padres. No puedo quejarme, ha sido una muy buena vida.

Desde el momento en que nací, aquel 12 de Mayo del año 1990 (101), aprendí que la vida es una lucha, una gran batalla en la que triunfan sólo los mejores y más fuertes, o así debería ser. Débil, prematuro y enfermo cómo nací, lo más probable es que la muerte era algo cercano en ese momento, pero la decisión de mis padres al verme sano en lo que respecta a orgánico y físico, fue lo que me salvó y permitió crecer en esa pequeña y tranquila ciudad satélite que es San Pedro de la Paz de donde guardo todos los bellos recuerdos que un niño en mis condiciones puede guardar. Juegos, amigos, aprendizaje, cariño de mi familia, procesos tan importantes como aprender a caminar, a hablar, a relacionarme con coetáneos de ambos sexos, querer a mi familia, a amar a mi Patria, a vivir. De esa época nunca olvidaré los paseos en triciclo por la Villa Icalma, los juegos en el jardín con mi amigo Daniel y mi amiga Pauli, los dulces que me regalaba mi abuelita Aurora y los juguetes que hacía mi Tata Lalo, mis primeras peleas, mis primeros “amores”, a los que regalaba flores robadas del espectacular jardín de mi tía Ana, las salidas a caminar por el paseo a orillas del Bío Bio, de esa frontera ancestral, para observar los patos y los coipos (En los tiempos en que los ríos en Chile aún tenían patos y coipos), el cruzar en jeep por el “Puente Viejo” para ir a la “Plaza de los columpios” (Parque Ecuador) y a la ciudad en que nací, Concepción, para ir a la “Plaza del Reloj” (Barrio Universitario de la UdeC) a buscar a mi madre y a tirarle pan a los cisnes, los multitudinarios cumpleaños que celebraba en mi casa con mis amigos del Jardín Arcoiris (Si, se llamaba así y qué), y el inventarle un jardín a mi hermana para que no llorara por no ir al jardín. Y lo más importante, y se lo debo a mis padres, aprender a escribir y sobre todo, a leer. Y tomarle el amor a la lectura. Demasiado amor. Eso es algo que yo creo, marcará mi destino para siempre.
Y un día nos subimos al Nocturno de Concepción y aparecimos en San Felipe el Real de Aconcagua, donde mis primos Espinosa Reske, alojando en su casa, en lo que yo creía otro viaje. Pero mi tía me había inscrito en el nuevo colegio promesa (Buena palabra para describirlo, promesa) de San Felipe, el Colegio Inglés Greenland College San Felipe. Y ahí entre en Marzo. Nuevos amigos, aún recuerdo el primer día, en que me presenté y conversé con un pequeño e inocente niño de nombre Javier Reyes (Si, el Javier que adoran algunos), la primera persona de ese colegio con la que me atreví a hablar. No me demoré mucho en conocer más gente, hacer muchas amistades, si nombrara a todos los que conocí en esos días de balbuceos y orines en la sala, hay muchos que ahora son “top” (No tanto como Carla…jejeje) en San Felipe. En esta ciudad, en este Colegio, he hecho mi vida. Pese a todos los adjetivos (des)calificativos que podría usas contra ambos, no puedo negar que aquí es donde me he formado y forjado, y donde he conocido a tantas personas maravillosas y otras no tanto. Amigos y enemigos, aliados y rivales, amores y desamores. Esos años de básica en donde jugué, destaqué, le tomé el gusto al triunfo y me di cuenta que no me gustaba ni el fútbol ni el básquetbol ni el volleyball. Recuerdo lo mucho que me gustaba jugar a la escondida y correr alrededor del colegio para evitar que me encontraran. En esa ruinosa sede que tenía el Colegio en Abraham Ahumada cuando jugábamos a Dragon Ball, o nos encerrábamos en los closet, o nos escondíamos donde la Señora Norma o esos años en que todos los recreo jugábamos a Pokémon con aventuras y monos inventados por mi amigo Felipe y todo lo que molestaba a mi amigo Chehui. Las idas a casa del Chico a jugar y el invitar amigos a mi casa, mi linda y llena de recuerdos casa de calle Toromazote 622. Esa casa que hasta me parecía embrujada, con su techo alto de vigas de madera, y el añoso y gigantesco morero a la entrada y que daba la sobra bendita en las calurosas tardes sanfelipeñas. Esos años, tal pareciera que pasaron en el relajo y el juego. Recuerdos de oro.
Todo cambia desde 2002 cuando el Colegio unió sus dos sedes en la sede única de la Troya, que parecía que no iba a llegar nunca. Sexto básico y los 12 otoños cumplidos me indicaban que algo pasaba, que jugar ya no me bastaba… las niñas se veían distinto y yo estaba cambiando muy rápido. Y con ello mi forma de ver y enfrentar el mundo, sentí que las clases eran distintas, pero el gran descalabro vino en séptimo, cuando profesores como el Sr. Peña o Crino, profes de Media, me hicieron exprimir mi cerebro hasta bajar mi promedio y llenar mi cara de esa plaga que comenzó en sexto y que sería mi tortura por todos los años venideros: el acné. A todo esto, usaba frenillos desde Marzo de 1998, y ya me había acostumbrado bastante a ellos. Comienza mi búsqueda de una identidad, política, religiosa, cultural, de estilo, en fin; comenzé a circular por las más variadas tendencias hasta que de equivocación en equivocación terminé el 2004 con acontecimientos muy desagradable que me haría replantearme todo de nuevo.
Y así entré a la educación media, a cumplir los locos 15 años y enfrentar el factor NEM, las temidas notas que harían peso para bien o para mal en mi puntaje PSU y el momento de comenzar a definir, aunque con tiempo, que demonios quiero hacer con mi vida. Por esos días quería Biología Marina… como cambiarían las cosas. Y es que en realidad cambié mucho a partir de ese año. Se fueron muchos amigos y amigas en octavo, y llego mucha gente nueva en primero, además que viví muchas cosas que me hicieron cambiar mi manera de ser, de pensar y sentir. Ese año conocí mucha gente especial que sería muy fundamental en mi vida en los siguientes 4 años. Gente que formaría mi manera de ser, que influiría en diversos aspectos de mi vida. Ese año, digamos también que fue mi año libertino. Una mina por fiesta era común. Conocí por primera vez lo que era emborracharse, reírse por tonteras y tambalearse al caminar. Fiestas casi todos los fines de semana. Que loco año fue ese, sintiendo lo que no debía, esperando algo que nunca llegaría y desechando algunas oportunidades que debería haber aprovechado. Terminé cosas que no debería haber terminado por creer que cosas muy improbables podrían pasar. Esa fue la ironía de mi 2005.
Llego a 2006 replanteándome muchas cosas, como mi forma de querer a la gente, o el área que debo seguir. Empiezo mi vida de política estudiantil de lleno, ingresando al Centro de alumnos de mi Colegio en calidad de Tesorero y Director y adhiriendo con pasión a las movilizaciones estudiantiles. Ese año me calmé en el sentido de fiestas y, digamos, mujeres, pues estuve en medio de un lindo compromiso 6 meses de ese año. Ese año tuve que enfrentar con fuerza una situación, al mismo tiempo, cercana y ajena a mi persona. Tuve que probar hasta que punto estaba dispuesto a actuar por la amistad de alguien, que se negaba a dejarme defenderla de la manera, a mi juicio, adecuada. Ese fue un buen año, en el que sentía mi vida bastante completa e íntegra, envuelta en un gran equilibrio, roto de vez en cuando en una que otra fiesta. Ese año me di cuenta de cómo pueden cambiar las personas.
De 2007 no puedo decir lo mismo. No fue en absoluto un año bueno. Pasaron cosas que escapaban a mi control y me hacían cuestionarme situaciones que nunca antes me había cuestionado. Sentí, yo creo que damasiadas cosas para un solo año. Cosas que no podía evitar sentir, o pensar, y que se sucedían unas a otras rápidamente. Fue un año de sueños rotos. Nunca olvidaré la esperanza de viajar a Canadá a seguir lo que aún creo que es mi destino, a aprender todas las cosas que en el maldito año 2007 no pude aprender. Sin embargo, pasaron cosas buenas. Consolidé relaciones muy importantes con mucha gente. Y como dijo Nietzche, "Lo que no me mata, me fortalece". Y como el año partió mal, obviamente terminó pésimo. No lo digo por una cosa, si no por casi todas.
De todos modos, este verano que pasó fuimos a Estados Unidos, a la Gira de Estudios, ese viaje maravilloso. Fue, creo que una de las mejores experiencias de vida que tengo, pues conocí muchos lugares y a mucha gente; otras realidades, casi otro mundo. Crecí en muchos aspectos (hacia los lados en especial) y aprendí muchas cosas nuevas.
Y así llego el 2008, cuarto medio, último año, ya con mi futuro decidio, planeado paso por paso. Listo para enfrentar otro año de lucha, y bastante decisivo, digamos.
En lo que va de año, ha sido muy bueno. Recuperé cosas perdidas, y aunque algunos treaten de quitármelas, no lo lograrán...¡No a mí!
Ha sido una buena vida, no me quejo. 18 otoños luchando, en esta batalla que ha estado rodeada de buenos camaradas, y enfrentado a muchos enemigos. He dedicado mi vida a mi Patria, a mis ideales, a cumplirlos en cada una de mis acciones y dedicar cada uno de mis logros a la gloriosa bandera de la tierra que me recibió al nacer. Por que estos 18 años, han sido en Chile, en este Chile mágico, que me ha cobijado bajo su azul cielo. Mi Patria, mi familia, mis amigos, mis ideales, han sido los factores que han guiado mi camino. Un camino oscuro para el que he necesitado fuego, que siempre alguna luminaria me ha dado, desde viejos soles hasta puntitos de luz. He tenido de todo lo que he quierido, relativamente. Ni hambre, ni frío. He sido afortunado.
Si hay algo de lo que pueda quejarme, no es digno de mencionarlo en comparación con las cosas buenas. El Tao dice que hay que sobreponer la luz a la oscuridad, aunque estén intrínsecamente unidas. He conocido la alegría, la pena, el orgullo, el oprobio. De todo un poco. Pero si sigo la filosofía del equilibrio, conoceré más, sin morir en el intento.

jueves, febrero 07, 2008

Adios Boston querido...








El día sábado 2 de Febrero estaba prevista nuestra visita al acuario de la ciudad. Pero no fuimos, pues ese día se organizó para nosotros una muestra de la cultura chilena frente a los cónsules chilenso y a diferentes personalidades del mundo latino de Boston. Fue muy emocionante cantar el Himno Patrio tan lejos de mi tierra amada. Se bailó cueca y se mostraron algunos trajes y objetos típicos de Chile. Después que dó la embarrada pues el ánimo latino derivó en un bailoteo general en el que hasta yo me vi envuelto, ya lejos de la tradición chilena, es decir al ritmo de sonidos tropicales típicos de las celebraciones de nuestros invitados. Fui objeto de la risa de mis amigos en esos momentos. pero eso fue como echarle leña al fuego. Después de dejar todo ese alboroto, nos fuimos a la casa. Esa noche, fuimos invitados por un latino residente a su discoteca. Fue rotundamente aburrido, pues la gente ahí presente era mucho, MUCHO mayor que nosotros y no quise romper la ley seca que me autoimpuse en Año Nuevo, asi que me dediqué a conversar y a apostar con mi amigo Felipe. El regreso fue muy temprano y a seguir la diversión en la casa.




El Domingo 3 de febrero fue el dia de descanso. Había libre disposición, se podía volver a un museo, o ir al mall, o ir a ver a un restaurante el partido de futbol americano que se jugaba ese día. Yo opté acertadamente por quedarme en la casa, a disfrutar mi laptop y aceptando la invitación de los Morales (Familia chilena dueña de la casa y que vivían en el piso de abajo) a almorzar junto a mis compañeros que también se quedaron, carne con arroz de verdad, mi primera comida buena desde que salí de Chile. También salí a caminar por el barrio para conocerlo y hablar con la gente. Ese día pude hablar con mucha de mi gene por teléfono.




El lunes, retomamos las actividades, visitando el Acuario de la ciudad, una instalación bellísima, llena de interesantes seres acuáticos, incluyendo enormes atunes, gigantescas tortugas de mar, tiburones nada pequeños, anacondas, nautilos, pinguinos. Fue muy interesante y entretenido. Me encantaron definitivamente las medusas, al ser transparentes, el poner luces de colores las hacía ver muy lindas, y su relajante movimiento relajaba agradablemente la vista y el espíritu.


Después visitamos el Kennedy Center, un resumen hecho museo de la vida del ex-presidente de Estados Unidos. Me pareció interesante, en especial las películas acerca de la Crisis de los misiles cubanos.




El martes fue el último día. El más relajado. Almorzar en el mall, últimas compras y marcharse. Después contaré ese viaje.

domingo, febrero 03, 2008

Primeros cinco días con Boston











Los días que han transcurrido aquí en Boston han sido de lo más agradables. El clima nos ha acompañado de una manera esplendorosa, con inclusive uno que otro día soleado, y un par de días de lluvia copiosa, pero que no han empañado las salidas en los van y las visitas a los distintos museos. El primer día, fue el orden completo y minucioso de la casa, más una salida antes de almuerzo a visitar un mall en el que me dominó una fiebre de consumismo que me levó a comprar varias cosas, no inútiles, pero que podría haber reflexionado y esperado más para comprarlas. desde ese día dejamos establecido el sistema de armar grupos de a tres para almorzar, con US$21 para el grupo.El sistema de las duchas, sólo en la noche para apurar las salidas en la mañana, ya que sólo hay un baño para la casa.Nuestros días han sido la siguiente rutina: Levantarse, comer y lavarse; salir a museo; almuerzo afuera; visita a mall; jornada en el supermercado; cena en casa y acostarse.




El segundo día, el martes 29, fuimos a patinar sobre hielo, lo que fue sin duda una experiencia un poco extrema, ya que por ser mi debut en tales lides, sufrí diversas caídas, además de la primera media hora de no poder hacer absolutamente nada sobre ese par de cuchillitos que parecían sólo resbalar sobre el duro hielo que esperaba furioso a codos y rodillas. Finalmente terminé pasándolo bien, pero muy muy adolorido. Luego, fuímos a comer, y me atreví con la cocina griega que, sinceramente, me llenó demasiado como para animarme de nuevo por largo tiempo. Finalmente fuímos al edificio más alto de Boston, el Prudential, y subimos a su último piso, para contemplar una hermosa y amplia vista de la ciudad y visitar algunas salas que ilustran su historia, llena de gente venida de todas partes del orbe.
El tercer día, el profe nos llevó al Museo de Ciencias de Boston, una mezcla entre un museo tradicional y la magia del MIM. Animales disecados, fósiles, demostraciones interactivas de las leyes de la física y la química, muestras tecnológicas y astronómicas, anatomía... salas rebosantes de cosas muy interesantes para aquellos deseoso de aprender...cosa que no se da en cierto número de mis compañeros aquí presentes. Destaco y recuerdo de manera especial el modelo a escala real del Naboo Starfighter n-1 de Star Wars presente en la sala de tecnología.Después fuimos a un mall a almorzar, donde nos atrevimos (Carlos, Felipe y quien escribe, el grupo de almuerzo) a probar una delicia tailandesa, el pollo a la naranja, una mezcla ideal de dulce y salado, pero el dueño del restaurant, al notar que eramos extranjeros salió a atendernos personalmente, y sus empleadas, descontroladas ante tal acontecimiento, nos sirvieron casi medio kilo de comida a cada uno, y a mi más pues pedí ración grande, por lo que tuvimos que botar casi la mitad, llenos como estabamos. Además, algo gracioso, fue que el tailandés, al ver que el resto de los compañeros se detenían a conversar y degustar con nosotros, enloqueció y nos bajó en casi dos dolares el precio del almuerzo, pero nadie más se entusiasmó y tan sólo los tres comimos ahí, pagando por anticipado la cuota rebajada. Mucha suerte, que redundó en unas ricas bebidas. Ese día realizé mi primera compra grande y planificada, mi traductor electrónico inglés-español, que me solucionaría los problemas de vocabulario y pronunciación que a veces me asaltaban durante mis conversaciones con los anglohablantes con los que trataba. Me encantó, con muchas funciones diseñadas para el viajero especialmente, así como al traductor y al profesor de inglés. Absolutamente profesional.
El cuarto día, enfilamos rumbo a la Universidad de Harvard, a conocer tal recinto lleno de historias y tradiciones, casa de estudios de multitud de grandes intelectuales. Fuimos más específicamente a su museo de Historia Natural, lleno de inmensas colecciones de animales disecados, muestras botánicas y geológicas, fósiles y esqueletos. Recorrer el museo completo fue un esfuerzo titánico, pues era demasiado gigante. Fue una jornada de mucho aprendizaje, pude conocer de cerca el tamaño real de muchos animales. Y de tantos de esos dinosaurios con los que soñé en mi infancia... además ¡Muchos minerales eran chilenos!
En la tarde fuimos a almorzar a casa de Tía Rosita, la gentil señora que nos ha ayudado a través de todas las generaciones ha gestionar el viaje, ya que ella trabaja en el consulado de nuestro hermoso país. Ahí comimos pizza y partimos hacia diversos centros comerciales, donde no compré nada y me aburrí mucho.
Llegamos tan tarde a Revere (La "comuna" donde vivimos en Boston), que apenas encontramos donde comprar los alimentos.



El quinto día, nuestra ruta fue hacia el Museo de Bellas Artes. Museo que, definitivamente me encantó, es decir, lo que pude ver; pues era aún más grande que el anterior, y por recordar especialmente a una personita me detuve mucho tiempo en las salas del arte egipcio... perdiéndome las muestras de Piccaso, y otras, pero es no importó. Ver muestras de arte milenaria de Grecia, Roma, Egipto, China, India, y algunas de la Europa post 1000. Excelente.
En ese lugar conocimos a un curador muy curioso, medio afeminado y que sabía sólo 4 palabras en castellano: "mariposa"(¡Uuuuy!), "alcachofa", "zanahoria" y "piña" ("pinia").
Esa tarde volvimos al primero mall. En ese lugar almorzé unas malditas plasticohamburguesas y me compré mi ansiado laptop. Pensaba comprarlo en Miami para no andar con el bulto todo el viaje, pero la mala calidad de los cyber me hubiese impedida mantener tal fluidez en la comunicación.
Y estos fueron los primeros cinco días en Boston.

martes, enero 29, 2008

La travesia maldita.
















Y ya estoy en los Estados Unidos. No es la gran cosa.En un par de días narraré lo que hasta ahora he hecho, que ha sido mucho y muy divertido. Pero creo que hay que comenzar contando el duro viaje que emprendí para llegar a estos bellos lugares.
El viaje a Santiago, luego de despedirme de mi familia y amigos, fue bastante tranquilo, escuchando los sabios consejos de mi abuelo y tomando agua para compensar la deshidratación que los últimos calores que sentiría provocaban en mí.
Luego, la interminable espera en el aeropuerto, haciendo una fila que parecía no comenzar a moverse nunca, para poder comprar los pasajes y pesar el equipaje. El encargado me tomó por alemán por el apellido y me preguntó un par de tonteras que solo atiné a responder con mi desconocimiento del idioma. Después de un fácil paso por INTERPOL y de una espera de largas caminatas en la puerta de salida, emprendí mi primer vuelo en avión.
El despegue, todo bien... excepto por mis oidos que se sintieron un poco por el cambio de altura.
El viaje fue entretenido, sentado junto a mi amigo Carlos, conversando pero tratando infructuosamente de dormir. Además no logré mirar mucho por las alejadas ventanas. Y así transcurrieron 8 horas de escuchar musica, ir al baño, trasnochar y esperar. Una que otra turbulencia, como para reirse un poco, rica comida y azafatas...para el olvido.
Para el momento del aterrizaje, mi cabeza parecía a punto de estallar, mi estomago amenazaba por saltar por mis cuencas oculares, pero nada más. El toque de tierra ni se sintió.
Luego aterrizamos en Miami, donde el trato fue horrible, me revisaron mucho y solo mi dominio del inglés me salvó de las vejaciones que sufrieron algunos compañeros. La cantidad de latinos prepotentes era enorme. Al grupo curso lo dividieron en dos, con una hora de diferencia deldespegue. Mis amigos se fueron en el primer vuelo, y esperé solo la hora para despegar y aguanté el viaje de 3 horas hacia Nueva York mirando el ya amanecido paisaje.
La llegada a Nueva York llegó con malas noticias, a mi amigo Felipe se le perdió su maleta pues la enviaron en vuelo equivocado. Asi que siguiero 2 horas de espera, o más, para ver si llegaba en el vuelo siguiente. En la espera conté 18 "discípulos del oro". Si son los dueños de este país.
Nos fuimos sin la maleta en medio de un frío cortante en el mismo auto que usa la Presidenta de Chile. Un recorrido por New York mirando edificios emblemáticos como el Empire State.
Hasta llegar a la caótica Chinatown. Ahí fuí a conocer y admirar un hermoso templo budista. Y nos soltaron a almorzar. Eso fue el infierno mismo. Con 10 minutos escasos para la llegada del bus, buscamos comida rápida entre los restoranes chinos. Preguntarle a los amarillos era inutil, su acento del inglés era ininteligible. Así que buscando nada más que caucásicos para poder entender indicaciones que finalmente ignoramos para comprar unos extraños y dudosos completos a un chino que estaba junto a la terminal. Por ir a buscar a los rezagados que insistieron en comprar en Mierdonals, tuve que esperar un segundo bus, sin mis amigos. Eso fue fatal pues descordinó el quipaje y estuve una hora sin encontrar mi bolso de mano...con dinero y cámaras. Que afortunadamente apareció. Ese viaje fue lento, caluroso, y con un chino loco al volante que manejaba pésimo.
En Boston, al llegar, tuvimos que tomar el metro, hacer cambios de lineas y caminar por el frío de la noche Bostoniana. Finalmente, cuando iba a morir de hipotermia al pelo de la barba, fuimos recogiodos por la Tía Rosa de la Embajada que nos llevó a la casa.
Y ese fue el viaje.

jueves, enero 17, 2008

2007....el año para recomenzar...

Y pasó el 2007.... hace un buen rato. Pero no me había hecho el animo de comenzar a escribir algo que pudiese siquiera resumir todo lo que senti en este corto año.
Eso es lo primero, corto. Cuando comenzó el 2007 pensé en una infinidad de proyectos para mi vida y mi ambiente. Nada. los dias se hacian agua corriendo por el río y las olas que eran las semanas reventaban sin parar contra el calendario que se deshojó en un momento. El tiempo fue absolutamente insuficiente para hacer cualquier cosas que se me podría haber ocurrido. Prometí mucho e hice muy poco. Siento que fue un año de misiones sin cumlir.
Creo que planear tantas cosas fue subirse a una nube de ilusion que se fue lloviendo durante el año y que finalmente (Diciembre desde un principio) me botó bruscamente al suelo.
Hice algunas amistades y conocí a mucha mucha gente que formó parte importante de mi Universo cotidiano durante el 2007. También reforzé lazos antiguos con hilos de oro y encontré las verdaderas estrellitas que marcaban mi firmamento e iluminaban mi camino y pude distinguir esos faros brillantes de luz artificial y disfrutar de efímeras bengalas que brillaron un rato y luego se inundaron de oscuridad, especialmente durante Marzo-Abril.
Cumplir 17 no fue nada especial. No me significó ningún cambio ni marcó nada distinto.
Por eso lo celebré bien tranquilo, muy oculto bajo el manto a veces tranquilizador que es mi familia. El hecho que mi padre haya desarrollado una actividad laboral más estable fue algo que sin duda también marcó el año, logrando una prosperidad nunca antes vista en mi casa en el lado económico, con comodidades que yo sentía casi ajenas a mi realidad, y vino por supuesto el consiguiente aumento de sueños e ilusiones. Pero tambíen, hubo sacrificio. Para lograr esto, las visitas que antes eran casi semanales se convirtieron en mensuales y la presión para mi madre como dueña de casa y en mi adopción del papel completo como "Hombre de la casa" fueron factores en las cada vez más fuertes peleas entre nosotros, con episodios muy lamentables.
También fue el primer año de mi familia sin contar con una nana permanente, asi que la repartición de los diversos papeles en la mantención del hogar fueron eterno motivo de conflicto.
Durante todo el 2007 no ví a mi hermana mayor. La ( Te ) extraño mucho.




Buenas notas. Siento que me fue bien en el colegio, logré dar la pelea que no me había convencido a dar los años anteriores y además mi entrada al Preuniversitario me concilió a finales con la matemática.


Año para empezar de cero. Así resumo el 2007. Eventos como la pérdida de mi pendrive, el hackeo de mi messenger entre otras cosas me motivaron a empezar de cero en muchos ambitos.
El hecho de que "alguien" haya cambiado la clave de mi cuenta MSN me obligó a reiniciar contactos y nuevas direcciones con una multitud de gente, perdiendo las direcciones de mucha gente a la que quizás debía dejar de contactar. O quizás no. Luego le siguió en ese fatídico curso mi pendrive, que encontró la muerte en el maldito Cyber Plaza,asi que no vayan nunca para allá pues ya son dos pendrive que mueren ahí quemados. Perdí muchísima información, fotos y recuerdos... la compra de otro pendrive alivió mi necesidad de un medio de almacenaje de información pero de todas maneras tuve que recomenzar en la búsqueda de muchas cosas. Y después jodió mi fotolog. No quería subir fotos. Asi que a hacer uno nuevo, fotos nuevas, estética nueva y amigos nuevos.
Mi relación con tantas personas y tantas cosas se "reinició" el 2007. Peleas, desencuentros, reencuentros y encuentros con mucha gente, influyeron en que decididamente me acercara o me alejara en distintos momentos de determinadas personas.


Me sentí muy solo dentro del curso en muchas ocasiones, y dentro de mi vida, más solo aún en muchas ocasiones. Eso puede deberse a la poca seguridad y firmeza que tuve en mis sentimientos durante este año. Creo que subestime todo lo que podía llegar a querer a una persona, más todo lo que podía quererme, y me confundí solo... se supone que lo disimulé, pero creo que si hubo algo notorio este año fue todo eso. Pero en ese sentido se mezclaban la inmensa felicidad y las ganas de mandarlo todo a la cresta. Finalmente ambas sensaciones me motivaron a decidir... pero ya era tarde para muchas cosas. Pero lo que empieza bien termina bien y muchas veces algun rastro queda y eso está bien. Que entienda el que pueda y el que sepa entender.

Políticamente estuve calmado, no hubo algún acontecimiento que me motivase en demasía y la cantidad de tiempo que tuve que dedicar al estudio me impidió tener mucho contacto con mi camaradas ideológicos o con mis rivales políticos como para iniciar o coordinar una conversación de ideas.

En general, si no cuento los estudios o mi vida hogaeña-familiar fue un año muy calmado, en que logré hallar el Equilibrio Sagrado en casi todo momento. Fue un año de mucho trabajo, mucha energía por una causa común que se materializará en pocos días en la Gira de Estudios 2008 a los Estados Unidos. El 31 de Diciembre en medio de una profunda meditación y acto de reflexión, logré decidirme por borrar todo los sentiminetos del 2007, para recomenzar mi relación con el mundo este 2008, el año que espero sea excelente para mí y para todos los que lean este post.

Que La Fuerza los acompañe.