Jamas pensé que alguna vez en mi vida, dignamente futurista iba a llegar a reconocer, alguna vez, que hubo un tiempo pasado que fue mejor. Duele admitirlo, pero en estos dias de sopor y aburrimiento, no puedo evitar remontar mi mente 365 días atrás, cuando enfilé en Bus hacia la ciudad de Victoria. ¿Cómo pude quejarme de algo alguna vez durante ese tiempo?
Empezando con que dejaba la rutina, abandonaba el mundo en el que me tocaba estudiar y responder para volar ( entiendase mentalmente, el viaje fue sobre ruedas) hacia un mundo en el cual el relajo y el descanso eran el mantra diario. Además era Victoria, o sea, mi Sur querido, donde la gente es linda y amable y las calles no apestan ni están llenas de flaites, , reggeatoneros y otras plagas que pululan por las callejuelas sanfelipeñas.
Además viajaba con un motivo especial, allá me esperaba Paula, quien habitó larga y enraizadamente en mi corazón y que tranformaba mi mundo en algo hermoso.
Y de todas maneras, desde que tengo memoria sobre lo que son las vacaciones, siempre viajaba a Concepción o Victoria, me iba de esta ciudad a descansar, con gente que me quiere y a pasarlo bien.
¿Qué ha sido de mis vacaciones ahora?...
Bueno, es entendible, la situación monetaria no está tan buena para permitirse vacacionar y además el jodido viaje a Gringolandia a fin de año, pero de todas maneras ahora en lo que es la mitad de estas malditas vacaciones miro a mi alrededor y tengo que quejarme.
Sigo aquí, en San Felipe, con sus calles apestosas, lleno de pokemones y flaites, todos creyéndose mejores que los demás por repetir 3 años y llevar la cara llena de piercings dignos de la más primitiva tribu del Matto Grosso. Unos auténticos Xerxes de 300. La ciudad por la que camino de uniforme y con mochila, recordándome a cada momento el colegio, la rutina, el stress y todos los horribles momentos del año escolar.
¿Necesito hablar de mi vida amorosa? Todo lo que había logrado quedó en el piso, todo se transformó en nada y por fortuna se ha acabado antes de pasar a mayores...
Para rematarla casi todos, y cuando digo eso es que la gran mayoría de mi gente ha viajado fuera escapando de la rutina para pasarlo bien, hasta quienes siempre se secaban aquí en San Felipe. Aunque no me puedo quejar de la compañía presente, no es lo mismo... los ausentes se notan.
Y la vida nocturna aquí es una birria, entretenida pero nada impresionante.
En resumen, mis vacaciones han sido horribles, aunque las idas a Santiago con mis viejos, a museos han sido memorables, no es lo que yo espero para mis vacaciones. Como se supone que todo es cada vez mejor, las vacaciones de invierno 2006 dejaron una vara muy alta - como ya mencioné- y estas vacaciones han estado muy lejos siquiera de alcanzarla.
Para terminar, el martes me saco ( no se si una o las 3 que me quedan) las muelas del juicio que aún no terminan de salir - incluso una de arriba está empotrada en el hueso todavía- asi que va a ser una operación de peso en mi boca que me va a dejar horriblemente adolorido ( Sin mencionar que los últimos 5 días la muela de abajo que me van a sacar me empezó a herir la encía al comenzar a aparecer y al hincharla me la sigue rompiendo la puntita de la que sale por arriba lo cual me ha tenido muy adolorido). Y para rematarla el mismo martes me saco una especie de hinchazón blanca, como una ampolla, que me apareció en el pie, en la planta, y que a veces me dolía al caminar. Asi que desde el martes tendré la cara hinchada y una herida en la planta del pie.
¡Que Vacaciones!
En fin, hay que asumir esto como una prueba más, impuesta para ver que tan duro es cada uno de nosotros.
Empezando con que dejaba la rutina, abandonaba el mundo en el que me tocaba estudiar y responder para volar ( entiendase mentalmente, el viaje fue sobre ruedas) hacia un mundo en el cual el relajo y el descanso eran el mantra diario. Además era Victoria, o sea, mi Sur querido, donde la gente es linda y amable y las calles no apestan ni están llenas de flaites, , reggeatoneros y otras plagas que pululan por las callejuelas sanfelipeñas.
Además viajaba con un motivo especial, allá me esperaba Paula, quien habitó larga y enraizadamente en mi corazón y que tranformaba mi mundo en algo hermoso.
Y de todas maneras, desde que tengo memoria sobre lo que son las vacaciones, siempre viajaba a Concepción o Victoria, me iba de esta ciudad a descansar, con gente que me quiere y a pasarlo bien.
¿Qué ha sido de mis vacaciones ahora?...
Bueno, es entendible, la situación monetaria no está tan buena para permitirse vacacionar y además el jodido viaje a Gringolandia a fin de año, pero de todas maneras ahora en lo que es la mitad de estas malditas vacaciones miro a mi alrededor y tengo que quejarme.
Sigo aquí, en San Felipe, con sus calles apestosas, lleno de pokemones y flaites, todos creyéndose mejores que los demás por repetir 3 años y llevar la cara llena de piercings dignos de la más primitiva tribu del Matto Grosso. Unos auténticos Xerxes de 300. La ciudad por la que camino de uniforme y con mochila, recordándome a cada momento el colegio, la rutina, el stress y todos los horribles momentos del año escolar.
¿Necesito hablar de mi vida amorosa? Todo lo que había logrado quedó en el piso, todo se transformó en nada y por fortuna se ha acabado antes de pasar a mayores...
Para rematarla casi todos, y cuando digo eso es que la gran mayoría de mi gente ha viajado fuera escapando de la rutina para pasarlo bien, hasta quienes siempre se secaban aquí en San Felipe. Aunque no me puedo quejar de la compañía presente, no es lo mismo... los ausentes se notan.
Y la vida nocturna aquí es una birria, entretenida pero nada impresionante.
En resumen, mis vacaciones han sido horribles, aunque las idas a Santiago con mis viejos, a museos han sido memorables, no es lo que yo espero para mis vacaciones. Como se supone que todo es cada vez mejor, las vacaciones de invierno 2006 dejaron una vara muy alta - como ya mencioné- y estas vacaciones han estado muy lejos siquiera de alcanzarla.
Para terminar, el martes me saco ( no se si una o las 3 que me quedan) las muelas del juicio que aún no terminan de salir - incluso una de arriba está empotrada en el hueso todavía- asi que va a ser una operación de peso en mi boca que me va a dejar horriblemente adolorido ( Sin mencionar que los últimos 5 días la muela de abajo que me van a sacar me empezó a herir la encía al comenzar a aparecer y al hincharla me la sigue rompiendo la puntita de la que sale por arriba lo cual me ha tenido muy adolorido). Y para rematarla el mismo martes me saco una especie de hinchazón blanca, como una ampolla, que me apareció en el pie, en la planta, y que a veces me dolía al caminar. Asi que desde el martes tendré la cara hinchada y una herida en la planta del pie.
¡Que Vacaciones!
En fin, hay que asumir esto como una prueba más, impuesta para ver que tan duro es cada uno de nosotros.